30 junio 2007

Ni en el Norte, ni en el Sur: sobrevolando el Ecuador




Hola a todos, gentes de bien,

Os escribo desde Quito, donde estoy pasando mis últimas horas en Ecuador. Mañana por la mañana tengo previsto cruzar a Colombia. La foto que ilustra este artículo me la tomaron ayer cerca de Quito, en un lugar bastante turístico de moderado interés llamado Ciudad Mitad del Mundo. Es el lugar ideal para hacerse una foto con un pie en cada hemisferio.

No he pasado siquiera diez días en Ecuador, pero he tenido tiempo de ver algunas cosas y todo me ha gustado bastante. Estuve primero en Guayaquil, ciudad muy cercana a la costa, apenas el tiempo suficiente para pasear un poco por la parte "segura" de la ciudad, donde hay un policía cada 20 metros. El malecón sobre el río, llamado Malecón 2000, está muy bien: muy bonito, muy cuidado, con buenos restaurantes, bancos y otro mobiliario de madera... Al parecer, es mejor no alejarse demasiado del centro, porque sigue siendo la ciudad sin ley.


De allí me fui a Otavalo, una ciudad/pueblo en la sierra, no muy lejos de Quito, donde aproveché para pasar San Juan. Se trata de un lugar muy tranquilo y bonito, famoso por una 'etnia' local, los otavalo, que ha conservado mucho sus costumbres, así como por sus mercados (abajo, una foto del mercado semanal de los animales) y por la propia celebración del solsticio de verano. Aunque celebran San Juan, aquí le llaman Inti Raymi, acorde con las tradiciones de los pueblos andinos antes de que llegaran los españoles.





Aparte de otras actividades, la fiesta del Inti Raymi consiste en gran medida en formar un grupo de gente, más o menos disfrazada -los músicos van muy disfrazados- y recorrer la ciudad bailando de casa en casa. En nuestro caso éramos unos 25, de los cuales ocho debíamos ser extranjeros y los demás eran otavaleños. El bailecito del Inti Raymi es muy básico: los músicos se sitúan en el centro y tocan una melodía alegre y repetitiva, mientras los demás bailamos a su alrededor. "Bailar" es quizás mucho decir, puesto que se trata más de caminar marcando el paso y encorvándose un poco. Después de bailar en la plaza del pueblo, empezamos nuestro periplo, yendo de casa en casa y llamando a la puerta.



La gente, por lo general, estaba durmiendo, pero la tradición mandaba que nos abrieran la puerta y nos dejaran entrar a su patio a bailar. Además, nos tenían que ofrecer algo de beber (por lo general chicha, una bebida casera a base de maíz fermentado, preparada especialmente para la ocasión) y, cuando les quedaban existencias, algo de comer (íbamos ya un poco tarde y no pillamos gran cosa a la cual hincar el diente). Es decir, que además de sacarles en pijama de la cama para que dejasen entrar a 25 desconocidos y nos encendiesen las luces del patio, nos tenían que emborrachar y, en la medida de lo posible, alimentar. Alguien del grupo, como un servidor en la foto de abajo, se encargaba de repartir la chicha entre todos, ofreciendo un buen vaso a cada uno mientras bailaban. Además, nosotros llevábamos nuestras propias bebidas alcohólicas, mucho más fuertes que la chicha, porque sino no hay quien aguante.





Yo me retiré a medianoche, después de casi cuatro horas de ruta y habiendo visitado 7-8 casas; gran parte del grupo siguió de tour hasta las 4 de la mañana.


Después de unos días en Otavalo vine a Quito, que me ha gustado más de lo que esperaba. Es una ciudad bonita, bien situada entre verdes montañas y bastante cuidada. Es mucho más tranquila que La Paz, menos contaminada y la zona colonial me resulta más simpática que la de Lima, por ejemplo. La gente, por lo general, es amable y me he sentido muy a gusto; podría quedarme en Quito -y quizás en otros lugares de Ecuador- un tiempecito. Además, hay varios museos interesantes. No creo que haya hablado mucho de museos hasta ahora pero sí, de vez en cuando hay que ver alguno. El Museo/Fundación Oswaldo Guayasamín y la Capilla del Hombre, del mismo autor, me gustaron mucho. Guayasamín, que falleció hace pocos años, es todo un referente en Sudamérica y a un servidor le gusta mucho. Aquí puede verse un detalle de su obra Ternura.







Por lo demás, aparte de la mencionada visita a la línea del Ecuador, la vida es agradable en Quito, aunque sale más cara que en los países vecinos desde que adoptaron el dólar como moneda.

Un par de comentarios generales sobre Sudamérica:


Aquí en Ecuador la gente utiliza un español bastante parecido al nuestro, aunque el país donde más similitudes hay con "el castellano" creo que es Perú (en Bolivia y Argentina el uso del lenguaje es muy distinto). Respecto a la pronunciación, ya sabéis que en Sudamérica la Z y la C se pronuncian a menudo como S, lo que les plantea muchos problemas cuando llega el momento de escribir. A mi me gusta mucho el verbo NESECITAR, que he podido encontrar en Bolivia, Perú y aquí en Ecuador; tiene un significado muy similar a nuestro "necesitar". Un ejemplo real, de un escaparate, que ilustra el uso del verbo, es el siguiente: "Se nesecita señorita que sepa de belleza".
Un penúltimo comentario de índole general...en muchos lugares de Sudamérica, en especial en Argentina y Bolivia, los comercios se agrupan por barrios, a la antigua usanza. Es una buena fórmula si buscas algo muy específico, porque entonces puedes irte al barrio de las ferreterías y asunto resuelto. Por lo general, sin embargo, me parece un sistema bastante ridículo, porque puedes estar dos horas buscando una peluquería y, en cambio, tener ocho librerías a menos de cincuenta metros del hotel.



Dicho esto, aquí podéis ver una foto de la típica tienda de productos más o menos milagrosos que se encuentran por todo el continente y que solucionan cualquier tipo de enfermedad, incluido el SIDA. La tienda de la imagen es bastante seria, pero la mayoría combina productos farmacéuticos con mejunges y amuletos de todo tipo que no solo curan enfermedades, sino que recuperan al ser amado o te solucionan el problema con la hipoteca del piso; hay jabones, por ejemplo, que con su uso diario logran que te toque la lotería. Es una maravilla.

Abrazos a todos, gracias por irme leyendo...y por vuestros comentarios sobre el cuy!

Hugo










20 junio 2007

El Rincón del Gourmet: hoy, el Cuy (hay que comer de todo)

(. (foto de wikipedia.com)

¡Hola familia!

Saludos desde las playas de Máncora, al norte de Perú.

Hoy, en El Rincón del Gourmet: el Cuy.

Aquí en Perú y en la vecina Ecuador se considera que el cuy (cobaya, conejillo de Indias) es una de las delicias gastronómicas del país. El cuy es un animalillo muy simpático que en Europa y EEUU se usa de mascota. Aquí también se usa de mascota, pero intentando que los niños no se encariñen demasiado.

Un servidor había tenido ocasión de comerlo en España pero, en honor a la verdad, la experiencia no había sido todo lo placentera que me hubiera gustado. Así pues, estando anteayer en Lima y sabiendo que había buenos restaurantes que lo servían, decidí darle una segunda oportunidad. Esperé a que se fuera Alanna -mi ex-compañera de piso en Barcelona, que ha venido desde El Salvador a pasar unos días conmigo-, porque es vegetariana y la idea no le hacía demasiadas gracia.

Me lo comí a la parrilla y con patatas, como corresponde. Lo cierto es que el animalito estaba muy bueno, muy sabroso y jugosito, con una grasita tipo el cordero, de manera que me gustó mucho. Si uno puede comerse un conejo y un percebe, nada le impide comerse un buen cuy. El único 'pero' es que el bichito es pequeño y tiene poquita carne, de manera que hay que trabajar un montón para llenar el tenedor. Es de agradecer, por otra parte, que el restaurante despedazase al animal antes de servírmelo...y que no me lo enseñasen antes de mandarlo a la parrilla.

Por lo demás, estoy comiendo mucho pescado, en particular el famoso ceviche: pescado o marisco crudo marinado en limón, con algunos vegetales -apio, cebolla, pimiento, tomate...-. En Perú es una especialidad y está muy bueno, aunque hay que reconocer que muchas de las veces el sabor del pescado queda totalmente camuflado por el limón y el cilantro -una especie de perejil de sabor muy dominante-.

Ahora estoy en las playas de Máncora, al norte del país, con muy buen tiempo, ya casi a punto de cruzar a Ecuador. Hoy he hecho una horita de surf...a ver si mañana me sale un poco mejor.

Como os decía, vino mi ex-compi de piso Alanna. Le dejé escoger destino y acabamos yendo a Iquitos, la principal ciudad en la selva amazónica, al noreste del país. Estuvo muy bien, vimos animalejos salvajes e intentamos, sin éxito, pescar pirañas.

Lima me acabó gustando más de lo que hubiera esperado (estuve allí hace casi diez años con mi madre y hermanos), a pesar de que la permanente niebla se hace un poco pesada. Hay muchas cosas para ver y hacer, se come bien y no falta de nada. La zona de Miraflores, donde estábamos, podría ser un barrio europeo. Viniendo de Bolivia, se nota que Perú está bastante más desarrollado, en particular ciudades como Cusco y Lima.

Seguiremos informando! Abrazos a todos,

Hugo

09 junio 2007

Si hoy es sábado, esto es Lima

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La Catedral de Cusco, Plaza de Armas
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Recién salgo de un pub-café donde nos hemos reunido unas 50 personas para ver si el Barça gana la Liga (españoles, peruanos y gente de otras nacionalidades a los que no sé qué se les ha perdido en la liga española, pero bienvenidos sean) . Todo indica que el Mandril la ganará, pero aquí en Perú todos sabemos que lo realmente importante es que Alberto Fujimori está a punto de ser extraditado y que vamos a poder juzgarle como merece.


Estoy en Lima.

Esta es la ciudad de la niebla perpetua y estoy viviendo en el barrio de Miraflores, una zona "bien", segura, donde se puede encontrar de todo. Viniendo de Bolivia, uno se da cuenta de lo avanzado que está Perú, de lo caro que es en términos comparativos (si la comparamos con España, es un lugar fantástico para hacer compritas)...y uno se sorprende de la increíble variedad de oferta comercial que puede encontrarse en esta ciudad. Dicen que Lima es la capital gastronómica de Sudamérica, lo cual siempre es una buena noticia.



Desde mi última crónica escrita en La Paz no he sufrido atracos, robos ni sustos de ningún tipo. Tampoco he tomado parte en ninguna actividad de riesgo, así que me estoy planteando cambiar de continente en busca de nuevas emociones.

De La Paz me fui al Lago Titicaca, que hace un poco de frontera entre Bolivia (que asegura haberse quedado la parte buena, "el Titi") y Perú (que se quedaría con "la caca"). Estuve un par de días en Copacabana, una población junto al lago, en Bolivia, que tiene la mejor playa de toda Bolivia. Casi la única, vamos. Bolivia es el país del mundo con el mayor ejército naval...de entre los países que no tienen mar, y están decididos a recuperar su acceso al Pacífico. Ánimo.
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El sistema boliviano de cruzar lagos en autobús
(los extranjeros nos bajamos)


Desde Copacabana hicimos una bonita excursión a la Isla del Sol, que está enmedio del lago, un lugar tranquilo, con mucha naturaleza, con unas ruinas incas y pre-incas que vale la pena ver. El Titicaca me gustó: lo que lo hace especial es la luz que tiene, al estar a más de 3.000 metros de altitud, las ruinas y toda la historia de los incas y culturas anteriores que tuvieron su sede allí (se hace muy perceptible que fue/es un lugar sagrado) y la naturaleza, que es muy virgen y compone paisajes preciosos: hay unas montañas nevadas al fondo que "hacen muy bonito" en las fotos. Dicho esto, no me sentí transportado ni tuve desmayos ante tanta belleza.


Una playa muy griega en la Isla del Sol, Lago Titicaca


En el Titicaca me despedí de Bolivia y de los autobuses con asientos incómodos que no paran ni para ir al baño. Y de allí a Cuzco, la sede del antiguo imperio inca, donde ya había estado hace unos años cuando fuimos a Machu Picchu con mi madre y hermanos.

Cusco -así lo escriben ellos- es preciosa, para mi la más bonita de las ciudades coloniales...y en Sudamérica hay unas cuantas. Está muy alta, lo cual le da una luz preciosa; tiene buenas vistas a las montañas circundantes desde las principales plazas, que además son de las más bellas, porque los españoles iban sobrados de pasta (iglesias, terrazas, patios...); hay también restos de los incas por toda la ciudad, y es de agradecer lo cuidado que está todo. No hice visitas a los alrededores de la ciudad, donde está la mayoría de restos incaicos, pero sí paseé bastante e hice alguna visitilla en Cusco mismo.

En Cusco me pesé y estaba en 70 kilos, lo cual quiere decir que perdí 5 kilos en Bolivia a pesar de que la comida estaba mejor de lo que pensaba. Habrá que comer más.



Los incas de Cusco eran unos cracks
haciendo rompecabezas con piedras


De Cusco me fui en avión a la selva amazónica peruana. Me dió por ir al Sur, a Puerto Maldonado, en lugar de ir a Iquitos, que está al norte y es una de mis ciudades míticas. Los seres humanos somos así de raros. Allí estuve en un bonito lodge en la selva, no lejos de Puerto Maldonado mismo, rascándome la barriga en una hamaca, leyendo y haciendo excursiones ocasionales por la zona. Estuvo muy bien.



Paisaje amazónico desde el avión



Un niño muy amazónico


Y de allí aquí, a la capital, donde me voy a quedar unos días. En parte porque viene mi amiga y ex-compañera de piso Alanna, que llega en unas horas, a pasar unos días conmigo. Está viviendo en El Salvador, que ya son ganas. En parte, también, porque se agradece estar en una ciudad grande donde hay de todo y se come bien. En parte, por último, para hacer los pesados y lentos trámites para conseguir el visado para la India, adonde tengo previsto ir en agosto con la family de la parte de mi señor padre.



De aquí iré al norte, a Ecuador, recorriendo la costa peruana y acercándome al calorcito ecuatorial, no sea que llegue un momento en que haga mejor temperatura en España de la que hace aquí.


Así pues, todo sigue muy bien. Tener que ganar algo de peso en la capital gastronómica de Sudamérica no es tan mal asunto, al fin y al cabo.

Abrazos a todos!


hugo




PD: en breve voy a crear una sección con enlaces a las webs, blogs y foto-blogs de mis amigos y familiares; si tienes uno, por favor envíame la dirección a mi email!

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