31 julio 2006

Isso é tudo, amigos! (últimas informaçoes do Brasil)



Todo lo bueno se acaba, antes o después. Uno piensa que un mes dura mucho y al final se da cuenta de que apenas son cuatro semanas.

Mis queridos amigos ya andan por la City, trabajando, y sólo quedo yo en Salvador de Bahía, defendiendo el barco. Hoy he comido en el Yatch Club de la ciudad, con vistas al mar, invitado por mi amiga Juliana...no me puedo quejar.

Tras correr una horita por la playa, me dispongo a escribir mis últimas líneas desde aquí, a modo de resumen, aunque colgaré alguna foto cuando me las pueda bajar (la de Enrique meditando sobre si dormía en el colchón del motel de carretera o en el coche es un must...y la de los tres con la 'camiseta oficial' antes de ir al Fortal, también, aunque esta última podría no pasar la censura).

Los últimos días han sido muy buenos, destacando el festival musical Fortal, en Fortaleza. Se trata de una especie de macro-concierto al estilo carnaval, donde los grupos tocan subidos sobre grandes camiones -tríos eléctricos- que hacen un circuito. Los fans de cada grupo o artista pagan por caminar y bailar junto al camión, en un recinto móvil limitado por los 'cordeiros' (personas que caminan con la cuerda, asegurándose de que nadie entre en el recinto cercano al camión si no tiene la camiseta reglamentaria -que vale sus dineros- y de que nadie se acerque demasiado a la rueda del mastodóntico camión). La gente va bastante ebria y a más de uno le podrían machacar el pie y no darse cuenta hasta el día siguiente.

Encima del camión, que a su vez es un mega-altavoz de qualité, va la banda que toca, en nuestro caso Chiclete com Banana el viernes e Ivete Sangalo el sábado, dos grandes clásicos del nordeste brasilenyo...muy fiesteros y animados.
Ambos dieron dos vueltas a un recinto más o menos ovalado...y tocaron un total de cinco horas.
Cinco horas de fiesta, en que todo el mundo baila con todo el mundo y la gente se alimenta de las bebidas alcohólicas que distribuyen muchos vendedores ambulantes. La foto de arriba puede dar una primera idea.

Hay otras formas de vivirlo más desde la barrera, pero la auténtica es ir con la banda, en alguno de lo "blocos".
De todos modos, es difícil de explicarlo: hay que vivirlo.


Para acabar, como soy muy aplicado, aquí van los TOP-TOP del viaje!




Top-5 de actividades
1. Vivir el Fortal y dejarse llevar por la fiesta
2. Disfrutar de las playas de Río y de su vida
3. Salir de noche por Río
4. Correr al atardecer por el paseo marítimo de Ipanema, en Río, o por la arena de la playa de Barra, en Salvador
5. Tomar algo por la tarde en el Barravento, en Salvador


Top-5 de lugares para pasar una temporada más o menos larga
1. Río de Janeiro
2. Salvador de Bahía
3. Porto de Galinhas
4. Genipabu
5. Praia da Pipa


Top-5 de comidas, bebidas y comistrajos
1. Los buffets libres con rodizio de distintas carnes que pasan entre las mesas, sus tablas de sushis y todo lo demás...muy rico: destacan Marius en Río y Boi Preto en Salvador
2. Los zumos de frutas hechos al momento...aquí van algunos: Abacaxi, Açaí, Acerola, Amora, Banana, Cacau, Cajá, Cajú, Côco, Goiaba, Graviola, Guaraná, Limão, Mamão, Manga, Maracujá, Pitanga, Tamarindo, Umbú-Cajá
3. Los desayunos más que correctos y sanos de las pousadas
4. Los cocktails de frutas naturales con cachaça (o vodka, o ron, o...)
5. Los mariscos baratitos del nordeste, con poca salsa, en platos para dos personas


Top-5 de canciones del viaje
1. Ivete Sangalo - Quando a chuva passar
2. Mc Leozinho - Se ela dança, eu danço
3. Chiclete com Banana - 100% Você (não da pra ficar...)
4. Rebeldes - Sólo quédate en silencio
5. Marisa Monte - Pra ser sincero


Top-5 de cosas que han quedado pendientes de ver
1. Las playas cercanas a Fortaleza (Jericoacoara, Canoa Quebrada)
2. Una sesión de Candomblé -culto de origen africano- en Salvador
3. La isla Fernando de Noronha
4. Praia do Gunga
5. Morro de São Paulo


Otros hechos destacados/positivos
1. Haber conducido más de 2.000 km por las accidentadas carreteras del nordeste -de noche, con lluvia y camioneros locos- sin tener ni una rascada
2. No haber sufrido ningún percance a pesar de numerosas advertencias y habernos sentido seguros la mayor parte del tiempo, sobre todo de día
3. Redescubrir lejos de casa esa bonita tradición espanyola llamada Siesta
4. Disfrutar de la excelente música brasilenya en directo
5. Haberme llevado mis zapatillas Nike Free que, a base de irlas lavando, me han servido a la vez para correr y para entrar en las discotecas más pijas de Río, aunque fueran concebidas para otra cosa
6. Llevar la guía Lonely Planet encima, que es un fantástico primer filtro de lugares, pousadas y restaurantes


La foto del viaje (próxima publicación en este blog)
Enrique meditando sobre si era mejor dormir en el colchón en el suelo del Motel de carretera-casa de citas (le había tocado por sorteo) o dormir en el coche de alquiler.


En definitiva, un gran viaje.

Ahora toca un agosto familiar -con viaje incluído- y unas semanas en España resolviendo asuntos que tengo pendientes con la justicia, cerrando otras operaciones y negocios de vital importancia y preparando mis escapadas, ya más largas, a las asias y/o las américas.

Gracias a todos los que váis leyendo el blog!!

Abrazos,

Hugo

25 julio 2006

Desde la espectacular Río de Janeiro




Ya estamos en Río, una ciudad que ha superado ampliamente mis expectativas.

Llegamos aquí con Enrique hace tres días y en seguida se nos unió Josep, que venía de Londres. Juntos estaremos en Río y en el carnaval de Fortaleza, los últimos días de este mes.
Estamos en Ipanema, una de las zonas más pijillas y seguras de la ciudad, frente a la playa del mismo nombre y la ciudad me está encantando.

Primero, porque el paraje natural donde se ubica es espectacular, con montes verdes muy verticales muy cerca del mar y, en medio, barrios con salida a la playa. El efecto visual es curioso y a la vez bonito y, en un principio, no se hace fácil ubicarse del todo. Las montanyas, como digo, tienen formas muy pronunciadas y entre el perfil de la ciudad destacan la figura del famoso Cristo Redentor y del Pão de Açúcar (el Pan de Azúcar). Las vistas desde ambos lugares son únicas y valen realmente la pena.

Segundo, por la vida que hay en las playas, donde siempre hay gente a pesar de ser un día entre semana. Aquí parece que todo el mundo haga deporte, por lo menos los que se pueden permitir dedicarle el tiempo que merece. Las playas (Ipanema, por ejemplo, o la misma Copacabana) están repletas de pistas de volley, de futvolley, de porterías de fútbol, de lugares donde se dan clases de volley, de circuitos marcados para hacer rutas en bici, corriendo o andando, de barras donde poder hacer flexiones o estiramientos...y siempre hay gente haciendo deporte, incluso de noche. (Deporte en público, se entiende). Mucha gente corre por el paseo marítimo, pero aún hay más que camina a ritmo vivo...como dice Enrique, "alguien le ha dicho a esta gente que correr es bueno para la salud".

Tercero, porque no parece que en esta ciudad falte nada de lo que puede encontrarse en una gran ciudad. No hemos visto lo suficiente, pero a estas alturas queda claro que en Río no falta ni vida cultural, ni gastronómica, ni deportiva, ni social-nocturna (comprobadísimo), ni laboral... Es una ciudad de 7 millones de habitantes que da la impresión de estar bastante a la última.

Cuarto, por el clima. Estamos en pleno invierno y -con algo de suerte- estamos teniendo temperaturas en torno a los 25-30 grados, con sol hasta las 5.30 de la tarde, cuando anochece.

Quinto, porque hasta ahora no nos hemos sentido incómodos en ningún momento, a pesar de las múltiples advertencias. Hay que decir que somos prudentes y poco ostentosos y que no hemos entrado en las zonas de riesgo (y que apenas llevamos tres días en Río). Se percibe pobreza y desigualdad, eso sí.

La ciudad es cara, eso sí, equiparable casi a Barcelona, lo cual es una diferencia notable respecto al Noroeste, donde todo era más baratito y donde uno podía vivir un largo tiempo con cuatro maravedíes. Aquí Enrique ya no puede tomarse 8 zumos de frutas en cada comida, porque se le iría el sueldo en ello.

Mi português no acaba de dar el salto que debiera, quizás porque estamos todo el día los tres juntos, pero ya nos hemos lanzado a alguna conversación larga con algún taxista.

Los cafés-internet no están tecnológicamente preparados para bajarse las cutre-fotos que hago con el móvil, por lo que las que ilustran este artículo proceden de una bonita búsqueda en Internet. Las fotos, eso sí, están buscadas con todo el carinyo.

Seguro que más de uno ha echado a faltar el sexto punto...
Sexto, porque hay mucha gente guapa y en forma, entre las que desde mi punto de vista destaca el 50% femenino. Las operaciones están a la orden del día y abundan los grandes pechos y los labios versión "morritos calientes", que resultan bastante atractivos. La mezcla/mixture/melting-pot siempre es buena y por aquí hay gente bastante guapilla.

Vamos, que estamos como en casa.
Por lo demás, estamos sanos y bien alimentados, y yo sigo con el bonito hábito de correr un poco de vez en cuando...

18 julio 2006

Ya somos bahianos





(fotos de archivo de Salvador de Bahía)


En el capítulo anterior estábamos los tres en Pernambuco, cuya existencia es ya irrefutable. Ahora, dos de nosotros estamos en Salvador de Bahía y Joaquín acaba de tomar su vuelo de vuelta a bcn.

Antes de llegar a Salvador, donde llevamos cinco días, estuvimos en Praia do Francês, cerca de la ciudad de Maceió. Es un lugar de playa y no hizo muy buen tiempo, por lo que está todo dicho. La verdad es que estos últimos días el tiempo no nos está acompañando demasiado.

Salvador de Bahía va a ser el lugar donde más días pasemos, porque todavía nos quedan cuatro más y la verdad es que estamos muy a gusto. Nos hemos instalado en una pensión muy agradable, en el barrio pijillo de Barra, a dos minutos de la Praia de Barra y a cinco del mítico Barravento, una carpa bar-restaurante donde se está muy bien tomando algo o comiendo, viendo a los surferos o a los chavales que juegan a fútbol en la playa (aquellos a los que todavía no hemos tenido el valor de retar).

La llegada a Salvador fue auténticamente infernal. Desoímos todos los consejos y planeamos una laaarga ruta nocturna de más de 400 km (a las 17.45h ya es de noche). Hacía viento, llovía y la carretera estaba llena de camiones que perjudicaban nuestro ritmo y nos deslumbraban continuamente. Creo que algunos de ellos conducen con algún carajillo de cachaça -licor local- en el cuerpo. Si a esto le sumamos el estado de algunos tramos de la carretera, se podría empezar a entender porqué dormimos en una pousada de carretera, lugar habitual para las citas de camioneros y prostitutas, a apenas 100km de Salvador, cuando a las 2 de la manyana nos quedamos sin moral para seguir conduciendo. La cosa, eso sí, nos salió muy baratita. Por alguna razón extraña, nunca hay tres camas iguales y ya nos hemos acostumbrado a hacer un sorteo con bases ante notario para repartirlas.
Esta vez, Enrique no tuvo suerte y escogió tercero: le tocó un colchón mugriento en un suelo aún más mugriento, por lo que acabó durmiendo en el coche, en el asiento del conductor, a pesar de no tener carnet.

Salvador me gusta bastante. No es de las ciudades más seguras de Brasil -quizás es su principal inconveniente-, pero si no te expones a situaciones de riesgo y vas con cuidado te sientes bastante seguro, en especial durante el día. Hacemos vida, principalmente, en toda la fachada marítima, en particular en 'nuestro' barrio de Barra, pero también en los bares de copas, retaurantes y discotecas de Río Vermelho o Pituba. Hay bastante vidilla nocturna y bastante local chulo, entre los que destacan muchos restaurantes japoneses 'fashion' donde después se puede tomar algo.

Algo muy destacable son los locales tipo discoteca, porque en muchos de ellos suele haber alguna banda de pop-rock o música local tocando en directo. Lo hacen muy bien y le ponen muchas ganas (mucha energía): a veces uno ni siquiera se da cuenta de que hay alguien tocando en directo, pues el sonido es óptimo y -como decía- son bastante buenos. Se hace curioso ver a gente con muchas copas de más dándose el lote de espaldas al cantante, pero aquí la gente no se corta un pelo y los músicos están más que acostumbrados.

Qué nos falta por hacer?
Jugar a fútbol con/contra los locales y probar con el surf, entre otras muchas cosas.

Qué es lo más distinto entre Brasil y España?
Quizás el ritmo de vida, no porque se hagan las cosas despacio, sino porque da la impresión de que se le dedica más tiempo a cada cosa. Cuando los chavales juegan a fútbol o hacen capoeira en la calle pueden pasarse una hora y media, cuando la gente hace surf puede pasarse tres o cuatro horas esperando las olas, aunque llueva. Quizás es que tienen mucho tiempo libre pero, aún así, le dedican mucho tiempo a cada cosa.

El próximo capítulo, desde Río de Janeiro.

10 julio 2006

Pernambuco existe




Pues sí, el título no miente: aunque a muchos pueda sorprenderles, Pernambuco existe. Es un bonito estado al noreste de Brasil, con ciudades como Recife u Olinda y fantásticas playas con nombres tan glammourosos como Porto de Galinhas (Puerto de Gallinas), donde estamos ahora.

Resumen de los capítulos anteriores, no publicados: aterrizamos en Natal hace unos 6 dias, alquilamos un cochecito y empezamos nuestra ruta de Norte a Sur. En general, podríamos decir que las zonas de playa son muy bonitas, con algunas realmente increíbles, mientras que las zonas urbanas son bastante caóticas y un poco destartaladas. Como estamos centrando el viaje en las playas, el promedio nos está saliendo bastante bueno. Hay que decir, además, que cuando estamos en la playa hace sol y cuando estamos en las ciudades suele llover, lo que refuerza nuestra decisión de tomar el solete sobre la arena.

La carretera BR-101, la mítica carretera de la costa brasileña, marca nuestro camino. No es una autopista a la europea, pero exceptuando algún puesto de venta ambulante, algún bache o hueco en el camino, algún coche en contradirección y alguna familia cruzándola, la verdad es que cumple con lo esperado y nos permite adoptar nuestro ritmillo de unos 80 km/h sin asumir grandes riesgos.

Bebemos muchos zumos (cajú, cajá, manga, abacaxí, guaba, coco...y otros 2-3 cuyo nombre no recuerdo) y comemos mucho marisco/pescado, en especial gambas (camarão). Anteayer y ayer tuve la pupila de mi ojo izquierdo hinchada. Me paseaba con un ojo medio cerrado y, aunque potencialmente podía ser una buena forma de ligar, decidí ir al médico...me dijo que podía ser una alergia al camarão. Me dio un gran disgusto, pero ya estoy bastante recuperado de ambas cosas.

La gente es muy agradable, realmente servicial y a menudo van más allá de su mera obligación por pura simpatía.

Os comento las fotos, que son de mi móvil (algo es algo):

1. Enrique y Joaquin, de panching, en Praia da Pipa. Es una zona muy turística, pero estamos en temporada baja y no hay tanta gente. Las playas son muy bonitas, incluida una adonde fuimos en barca y vimos delfines, aquí conocidos como golfinhos. De hecho, estuvimos nadando con ellos, a pocos metros de distancia. Hay mucho verde y cocoteros junto a las playas, lo que crea paisajes preciosos.

2. Una de las iglesias de Olinda, con el mar y Recife al fondo. Olinda es una ciudad muy bonita, con su rico pasado colonial y sus muchas iglesias y capillas. Es de lo mejor que hemos visto, quitando las playas. Las vistas de las iglesias de Olinda con el mar y Recife de fondo, como esta, son realmente espectaculares. Es la ciudad se hacen muy pesados los guías turísticos. Uno de ellos, un chaval de unos 15 anyos, nos persiguió corriendo por media ciudad, como loco, aproximadamente un kilómetro y medio, incluyendo algunas cuestas importantes. Estaba en forma.

3. Hugo en la playa de Genipabu. La playa de Genipabu está al norte de Natal, bastante cerca. Destaca por tener unas dunas altísimas que mueren junto al mar. El rincón donde me hice la foto es impresionante, con su restaurantillo todo de madera y todo. Antes de la foto habíamos hecho una excursión en buggy (coche potente ron ruedas anchas) por las dunas, com emoção (llámase com emoção a cuando el conductor hace un poco el burro y le da un poco de emoción al tema).

Seguiremos hacia el sur. Nos quedan muchas cosas por hacer, como por ejemplo jugar a fútbol contra los autóctonos (no nos atrevemos) o probar con el surf. También nos quedan las playas cercanas a Maceió y la zona de Salvador de Bahía.

No podemos quejarnos, vamos... : -)

Abrazos a tod@s

This page is powered by Blogger. Isn't yours?