13 agosto 2010

El Rincon del Gourmet. Hoy: la comida tambien alimenta el espiritu.


Escogiendo solomillo en el Park Hyatt


Pues si,

El ser humano se distingue de algunos otros animales por su capacidad de adaptarse al medio.

Se que la mayoria de vosotros, que venis a estas paginas en busca de unas migajas de alimento espiritual que os ayuden a alejaros de las multiples tentaciones de la mundanal existencia, no vereis en estas lineas las muestras de sacrificio ni las vivencias espartanas que tengo por costumbre compartir, pero no puedo dejar de ser fiel a la realidad.

Estos ultimos tres dias me he apartado un poco del camino y he sido abducido por los restaurantes de lujo de los hoteles de 5 estrellas de Tokyo. Y digo abducido porque, como imaginareis, ha sido contra mi voluntad.

Por Tokyo aparecio mi amiga Sonia que, tal como os comente, andaba por estas tierras valorando hoteles de 5 estrellas para sus articulos de viajes. Al ir a menudo estas visitas acompanyadas de cenas en los restaurantes de cada hotel, Sonia acudio en mi ayuda, por aquello de no cenar sola. Y yo, buen amigo que soy, acepte la invitacion. Ha sido una experiencia la mar de interesante que me ha permitido descubrir que en la comida y en la bebida tambien se puede encontrar placer y que, si me apurais, se puede incluso hallar momentos de efimera felicidad.

Han sido, en total, tres sesiones, en dias consecutivos.

El martes: club lounge (merienda pija con vistas de la ciudad) piscina, sauna, jacuzzi, etc. en el Ritz Calton y posterior cena en el mitico Gonpachi -en el que se inspiraron para Kill Bill-, ya narrado en el articulo anterior. Del Ritz Carlton, que me parecio magnifico, no hay fotos. He aqui dos del Gonpachi.



Un servidor en la planta 1, desde la planta 2




Sonia y Hugo gonpacheando

El miercoles nos toco visitar el Park Hyatt de Shinjuku. Fue un tour la mar de interesante por practicamente todo el hotel: habitaciones, salones, bares, restaurantes, biblioteca, piscina, saunas, etc. Pudimos ver una muestra de los cuatro tipos de habitaciones de que dispone el hotel, porque "curiosamente" la suite Presidencial estaba desocupada: se trata de una especie de piso de lujo, algo clasicon en algunos detalles, pero con todas las comodidades, en general decorado con gusto y con los mejores materiales, con su piano, su cocina, dos salones...para un total de unos 300 m2. Una barbaridad, francamente. El segundo nivel tambien era una suite especial que hacia unos 250m2 y que, de nuevo, era un poco excesiva para el comun de los mortales. El tercer y cuarto niveles de habitaciones entraban dentro de lo que se puede considerar "normal" en un hotel de esta categoria. En definitiva, un paseo muy enriquecedor, guiados por tres miembros del equipo de Marketing del hotel, incluida su directora. Que si esto lo disenyo tal arquitecto, que si este color lo escogio personalmente tal disenyador, que si ademas se ocupo de escoger uno a uno como iria ubicado cada libro en cada habitacion (en la Suite Presidencial hay mil libros que en general tratan sobre el bonito tema de Los Jardines)...

Durante el tour, ademas, tuvimos ocasion de ver una bonita perspectiva del Monte Fuji, que habitualmente esta tapado y no se ve desde tan lejos. Es la primera vez que lo veo desde Tokyo.


Una imatge Fuji-sera


Despues nos habian reservado una mesa para cenar en el restaurante New York Grill, en la planta 51 (aprox.), con vistas a la ciudad. Nos recordaron que estabamos invitados y que comieramos lo que quisieramos. Fue en este momento cuando se hizo la foto que encabeza este articulo: tenia que escoger un segundo plato y, logicamente, en un Grill habia que pedir algo a la plancha. Me apetecia carne asi que, una vez descartadas dos carnes australianas y el Kobe (algo muy dentro de mi me impide pedirme un filete de 175 euros cuando estoy invitado), me quedaron cinco de las mejores carnes japonesas entre las que escoger. Fue entonces cuando el camarero me ofrecio traerme una muestra de las susodichas cinco carnes y fue entonces cuando me quede con el Sendai Tenderloin, que es una de las carnes mas memorables que he probado, hecha al grill y apenas con sal.

Para los curiosos, estaba en la carta a 100 euros.


Sonia con su atun, yo con mi carne


El resto de la cena, el cocktail y los vinos (pediamos vinos por copa, para ir probando) estuvieron muy bien. De primero me habia pedido una burratta, una especie de mozzarella mas grasa todavia, que estaba muy buena, sin llegar al nivel de la carne. Son gustos.


Otra perspectiva del New York Grill


Cuando nos acabamos el segundo plato nos invitaron a cambiar de mesa para tomar el postre en el New York Bar, porque nos estaban guardando dos sitios en la mesa alargada que, aparentemente, se uso para rodar alguna escena de Lost in Translation. En estos entornos, las cosas se hacen asi y no hay que rechistar: en ese momento habia que estar en esa mesa, era incuestionable. Parece que les estaba costando "defender nuestras dos plazas" ante los ataques de otros clientes del hotel. Hay que decir que, en su gran mayoria, tanto en el Park Hyatt como al dia siguiente en el Grand Hyatt, la mayor parte de los clientes que estaban dispuestos a gastarse 250 euros por persona en una cena eran japoneses. Casi todos.

En el New York Bar tomamos unos postres muy ricos acompanyados de vino dulzon con uva Gewurztraminer, mientras disfrutabamos de musica en directo (habia un senyor de color -de color negro- de Las Vegas que cantaba muy muy bien). Despues de eso, francamente, ya no nos quedaba lugar para nada mas y, teniendo Sonia que poner por escrito todo lo vivido esa misma noche, nos fuimos ella a California y yo a Boston.

Al dia siguiente, jueves, tocaba el Grand Hyatt de Roppongi. Primero tuvimos el Manager's Cocktail en unos de los bares del hotel, donde conocimos al director y a una directiva brasilenya -de Rio de Janeiro!- encantadora. Pasamos un buen rato.

Despues nos habian reservado mesa para cenar en el restaurante japones de la planta 6. Al traernos la carta, nos dimos cuenta de que no aparecian los precios...todo un detalle! (conocia esa formula cuando un caballero invita una senyorita, pero no me lo esperaba). Total que, liberados de cualquier tipo de verguenza o reparo, nos pedimos lo que nos dio la gana: en mi caso, uno de los menus de degustacion que, segun supimos despues, era el plato mas caro de toda la carta (20.000 yenes = 180 euros). Menuda habilidad la mia. Cenamos maravillosamente una vez mas, empezando por el espectacular shabu-shabu que me comi yo. Se trata de una carne de altisima calidad, cocinada en una especie de caldo de vegetales. Fantastica.

Despues tomamos algo en otro del los bares del hotel, adonde se sumaron Nico Bour y Silvia, dos muy buenos amigos con los que comparto 6-7 dias de viaje. Esta vez, para variar, pagamos las copas.

Quedan pendientes las fotos del Grand Hyatt.

Si bien no puedo resumir todos mis pensamientos en tan pocas lineas, si os dire que, en ocasiones, estar en lugares maravillosos, con un entorno disenyado con gusto y encanto, disfrutando los mejores manjares y las mas exquisitas bebidas despues de haberse relajado en la piscina y el jacuzzi, en muy buena companyia y con excelente musica en directo, puede ser una experiencia muy grata.
Y si, ademas, te invitan y te hacen la pelota, aun le anyade cierto encanto al tema.

Ahi queda.

Abrazos,

Hugo


Comments:
I jo que creia que els crítics gastronòmics anàveu d’incògnit! Nicu.
 
Qué envidia, pero no de la sana no, sino de la que te pone verde!!! Disfruta crack! Tico
 
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