27 enero 2007

Vivendo no Rio de Janeiro





(ilustran este artículo una auto-foto que me acabo de hacer en el apartamento de Río de Janeiro y una foto de la bañera de Enrique en su apartamento de Londres: él siempre negará que usa el Fairy como gel de baño, pero yo no estoy tan seguro)


Olá!!

Saludos cordiales desde Río de Janeiro, donde llegué hace un par de días y donde estoy instalado en un apartamento que he alquilado durante un mes.

Antes estuve unos días en Londres, en casa de mi amigo Enrique. La gran mayoría de vosotros habéis estado en Londres, por lo que no espero descubriros gran cosa de la ciudad: la oferta de actividades de todo tipo es inmensa -la “guía del ocio” parece un listín telefónico-, un trayecto en metro cuesta 6€ -cuatro rupias de las de allí-...es una ciudad donde hay de todo para todos, lo que incluye los sitios mega-pijos donde salíamos de marcha, donde siempre hay que estar en la lista e ir con chicas para que te dejen entrar. Una vez dentro, los nuevos ricos se hacen traer botellas de champagne de 500€ a sus mesas, donde las comparten con sus harenes de mujeres de buena o mala vida. Los camareros decoran las botellas con bengalas y el DJ cambia la música –suelen poner la Guerra de las Galaxias o Rocky-, para que todo el mundo se dé cuenta de que en la mesa x se van a tomar unas botellas de Voeuve Cliquot o de Moët Chandon. Vamos, que son unos auténticos horteras. Al final conseguimos entrar casi en todas partes –7 de 8-, incluso en el Club donde Prince Henry –uno de los herederos a la corona británica- acostumbra a emborracharse, para alegría de la prensa de su país.

Respecto a las visitillas, volví a la Tate Modern, siempre interesante, en particular por el lugar donde está ubicada y el propio edificio, una antigua central eléctrica junto al Támesis. También pasé unas horas en la más clásica National Gallery y en el Science Museum. Lo más interesante quizás fue la visita al Shakespeare Globe, un teatro hecho a imagen y semejanza del que acabó de hacer ‘famosillo’ a William Shakespeare. Está apenas a unos centenares de metros de su ubicación original –de nuevo junto al Támesis- y fue reconstruido con los mismos materiales y técnicas de la época: maderas y materiales muy inflamables, principalmente...a los bomberos no les hizo ninguna gracia pero, ¿quienes son los bomberos para oponerse a Shakespeare? Como no hay luz, porque en la época no había luz, las representaciones son a las 14h, a plena luz del día, y la mayor parte del público está sometida a los rigores del sol o de la lluvia. Y, además, de pie. Vale la pena ver el teatro y aún debe valer más la pena asistir a alguna representación, que son entre mayo y septiembre, aproximadamente.

Después de Londres pasé tres días en Barcelona, preparando maletas y finalizando el último de mis trámites académicos, que ya tocaba. También estuve en la boda de mis amigos Nacho y Marta, que estuvo la mar de animada.

Y aquí estamos, en Río de Janeiro, dispuestos a pasar un mesecito viviendo como un carioca, que así nos llamamos los habitantes de esta ciudad. Es la primera parada de mi escapada sudamericana, que me gustaría seguir en Argentina a partir de finales de febrero, cuando acabe el Carnaval de Río. Por cierto: comenté a algunos amigos mi intención de estar en Río para el Carnaval. Cinco se mostraron muy interesados...y al final vienen cuatro (!). Tremendo. Y eso que Río está lejos: no quiero imaginarme cuántos hubieran venido a verme a la Feria del Libro de Frankfurt, por ejemplo.

Venía a Brasil sin amigos, como el perrito Tristón, pero no duró mucho: en el avión de Madrid a Río se me presentó un chico ibicenco que venía a hacer un tour por el país y que de momento se ha quedado diez días conmigo en Río.

Tengo un apartamento bastante correcto en una ubicación fantástica, “a dos quadras da praia de Ipanema”, junto a la calle dedicada al mítico Vinícius de Moraes y a un minuto del bar/restaurante A Garota de Ipanema, donde al parecer se compuso la canción del mismo nombre. El apartamento no tiene vistas al mar, acorde con mi moderado consumo de botellas de champagne en Londres.

El apartamento es muy grande para 1 persona, perfecto para 2, justito para 3, claramente insuficiente para 4...y un reto apasionante para las 5 personas que conviviremos aquí durante los cuatro días del carnaval. De todas formas, está pensado para que sea POSIBLE meter a 5 personas y que cada una de éstas tenga al menos una cama/sofá-cama/colchón en el suelo. Por suerte, pasaremos más de la mitad del tiempo en la calle y/o bebidos.

Mi idea no es viajar mucho sino vivir la ciudad y conocerla bien, aprovechar las playas y los >30ºC que tenemos ahora por aquí. Fue un verdadero shock salir del avión, porque en Barcelona y Madrid empezaban los fríos de 4ºC el día que me fui. También quiero aprender portugués de verdad –me hago entender, pero me falta mucho- y tener organizado lo que haremos durante el carnaval con cierta antelación.

Ahora mismo, uno de mis principales problemas es que no tengo equipo de futebol en la ciudad: no sé si soy del Flamengo, del Botafogo, del Fluminense o del Vasco da Gama. La liga ya ha empezado y no puedo ser un buen carioca sin tener equipo en la ciudad. Estoy esperando algún tipo de hecho fortuito o de revelación divina que me facilite esta información, pero de momento no hay manera. Podría escoger el equipo que empiece mejor la liga, pero me parece un elemento de decisión muy chaqueteril. Otra opción es informarme sobre los equipos y su historia, a quienes representan, si el estadio me queda más o menos cerca, etc. También puedo escoger al equipo patrocinado por Nike, porque uno patrocinado por la competencia se me haría muy raro. Veremos... Tengo que resolver esta cuestión con rapidez para poder hacer un ‘upgrade’ -una mejoría- en las conversaciones con los taxistas y demás cariocas.

Gonzalo, el chico de Ibiza con el que convivo, conocía a una chica a través de Internet. Ha resultado ser muy maja y ya hemos salido dos noches con su grupo por la zona de Lapa, una de las mejores para salir a tomar algo, en que calles y calles y calles se abarrotan de gente tomando algo y bailando en la rúa. Es un barrio muy popular, donde se da cita gente de todas partes. Los cariocas bailamos muy bien, por cierto.

¡Eso es todo! Gracias, como siempre, por leerme. Ya sabéis que estáis más que invitados a venir a pasar unos días por Sudamérica y sumaros a mi expedición. Como siempre, me encontraréis en mi email.

Abrazos,

Hugo

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